jueves, 29 de septiembre de 2016

Mi petición a Dios....

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. (Santiago 1:5-8)

Nuestro problema radica en la inconstancia,  en un momento queremos ir por el camino de la Verdad,  y luego, por causa de alguna situación que creemos que proviene del exterior,  tambaleamos,  y seguimos como hipnotizados por el camino del ego.

Pedimos la Sabiduría de Dios (Conocimiento) o pedimos la sabiduría del mundo;  con Dios todo nos llevará hacia el Amor;  sin Él,  puede haber mucho sufrimiento en la vida.

Creemos que nuestra misión es soportar dolor,  más nuestra misión es ser felices.

Podríamos pedir felicidad a Dios,  y eso significa que la petición debe ser constante;  y que debemos ser constantes en abandonar al ego,  cualquier ataque, en cualquiera de sus formas nos aleja de la meta;  cualquier defensa,  en cualquiera de sus formas, nos aleja igual.

Hoy pido estar alerta a toda tentación del ego,  a fin de no sucumbir a la misma,  pues deseo la felicidad,  y no quiero que mi Padre tenga dudas con respecto a ésto,  pues de ésta manera despejaré el camino que impide que mi deseo se cumpla.

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