lunes, 18 de julio de 2016

Entre los ídolos y las adicciones...

Jesús nos dice que los ídolos no se reconocen como tales y que nunca se ven como realmente son. Nos dice que su propósito es turbio, que son a la vez temidos y venerados.  Que un ídolo es un cuerpo, una cosa, un lugar o una situación que nos ofrece seguridad en el mundo y que quebranta nuestra confianza y destruye nuestra paz.

El deseo de sentirnos especiales es un ídolo. Nos sentimos especiales por lo que somos desde la prepotencia y la arrogancia; desde el soy la mejor madre o padre,  soy el mejor ingeniero o administrador o doctor, o cualquiera de sus variaciones,  también nos sentimos especiales por lo que tenemos;  tengo casa, carro, títulos valores, una buena posición social, buen empleo, buen cuerpo, negocios, etc. Con respecto al saber,  nos sentimos especiales por todo el conocimiento académico y no académico que tenemos del mundo, siempre viéndolo desde la grandiosidad y de la alta gratificación que nos genera. 

Por otro lado tenemos como ídolos la constante búsqueda de aprobación,  reconocimiento,  valoración,  lealtad,  control,  el querer ser popular, las relaciones especiales;  y más allá hay ídolos como el sexo, el alcohol y otras sustancias tóxicas.

Un ídolo es un substituto del amor, no recordamos el amor en el que fuimos creados y estamos buscándolo en las ilusorias ganancias que nos brindan el sentirnos reconocidos y valiosos,  en el deseo de controlar todo y a todos y que además todos nos sean leales exclusivamente.

¿Cuándo nos volvemos adictos a un ídolo?  Cuando perdemos la paz cuidando el beneficio que obtenemos del mismo; ejemplo, nos volvemos adictos al trabajo, al cuidado del cuerpo, etc, cuando nuestras energías se agotan sólo por obtener la tan anhelada gratificación que buscamos.  Cuando no soportamos la ansiedad que sentimos cuando no tenemos a mano eso que tanto anhelamos. Cuando dejamos de lado todo aquello que nos conduce a nuestro verdadero Ser y ni siquiera nos percatamos. 

Entonces, comencemos por mirarnos con franqueza y sin culpa, y a mirar a los otros con compasión y sin juicio;  todos estamos transitando un camino ilusorio que nos hace sentir distantes de nuestro propio Ser y distintos de nuestros hermanos. 

Todos somos uno,  todos Hijos de Dios y todos creados en el Amor del Padre; y lo mas importante, todos podemos volver a elegir, a elegir la paz ante todo,  a elegir a favor de Dios,  a favor de la Verdad. 

Las semillas sembradas llegarán a germinar,  lo verdadero en nosotros no es el cuerpo ni lo que es material;  así que siempre tenemos oportunidades de llegar a Dios; y cuando decidamos a favor de Dios, todo lo demás se vivirá y disfrutará con consciencia. 


viernes, 8 de julio de 2016

Ver el amor en el otro....

Nuestro cuerpo no es nuestra verdad,  hay que mirar más allá de lo que el cuerpo muestra para realmente ver a alguien.

Si yo estoy en mente dividida voy a percibir erróneamente a mi hermano;  igualmente sucede si mi hermano está en mente dividida.

Dios nos ve tal cual nos creó,  en amor,  porque eso es lo que somos, entonces le pido a Dios,  o al Espíritu Santo,  o a Jesús;  que me de su Visión,  a fin de ver yo a mi hermano en amor; tal como Él lo ve.

Considera entonces en tu hermano su realidad,  reconoce en él sólo sus pensamientos amorosos, desecha todo lo demás.

Sólo podemos sanar desde el amor.

Reconociendo la realidad de tu hermano,  podrás ver su belleza y sólo en su belleza podrás encontrar la tuya.

Dedica tu día hoy a ver con amor.

jueves, 7 de julio de 2016

Nuestro hermano.....nuestro salvador.

Jesús nos dice que veamos a nuestro hermano como nuestro salvador,  nos dice que no nos engañemos creyendo que el otro no tiene nada que ver con nosotros.

Cuando nos sintamos en tentación de señalar,  de juzgar,  de criticar a otro,   cuando nos veamos tentados a hablar mal, a verlo enfermo (falto de amor,  de abundancia,  de plenitud), cuando lo veamos en pequeñez, debemos detenernos;  pues en él nos vemos,  así como lo vemos,  así nos vemos.

El dedo de la mano que señala está siendo señalado.

Cuando nos veamos tentados a colocar un juicio en otra persona; en ese mismo instante estamos siendo enjuiciados.

Jesús nos dice que cambiemos nuestros pensamientos de guerra por Sus pensamientos de Paz, entonces, si en vez de juicio o crítica enviamos amor;  nos estamos enviando ese amor a nosotros mismos.

Si vemos a nuestros hermanos con compasión,  así mismo nos estamos viendo.

En lo sucesivo no nos engañemos,  comencemos a regalar pensamientos y palabras de amor y de paz.

Ya Dios nos bendijo,  nos toca bendecirnos entre nosotros.....

miércoles, 6 de julio de 2016

Amar es compartir la Luz del Ser

Nuestra luz es nuestra herencia,  es la materia prima con la cual fuimos creados.  Dios es Luz,  es Amor;  por lo tanto somos luz y somos amor. Somos uno con Dios. Amor entonces es Unidad. En Dios nada nos falta,  en Dios somos abundantes y gloriosos.

Más él Hijo de Dios (nosotros) cayó en un profundo sueño y creyó que había abandonado al Padre,  y como olvidó que había sido un sueño,  se sintió culpable.

Hoy, el Hijo de Dios (nosotros) creemos estar separados de Padre y al estar separados,  no podemos recordar bien su Amor.  Tenemos unos destellos;  y cuando hacemos casos de esos destellos queremos compartir,  somos amables y bondadosos y además somos caritativos.

Más en ocasiones (muchas ocasiones) escuchamos la voz del ego; y cuando esto sucede,  vivimos intensamente la separación,  nos da miedo amar y ser amados,  y producto de ese miedo fabricamos situaciones conflictivas.

Nos sentimos culpables de no poder vivenciar el Amor del Padre,  nos velamos la existencia de ese Amor,  y en su lugar y a fin de no culparnos a nosotros mismos,  colocamos afuera (en otros) esa culpa,  y así,  experimentamos celos,  infidelidad,  violencia,  falta de valoración, falta de aceptación,  falta de reconocimiento,  etcétera,  todas ellas nociones del ego.

Así,   hoy volvamos la mirada al Cielo,  reconozcamos el Amor del Padre, su Luz ,  que siempre ha estado presente y desde allí pidamos al Espíritu Santo que perdone nuestra creencia en la separación;  y viéndonos amados y completos,  compartamos ahora con el otro ese estado de plenitud,  ese estado de unión.

El Amor en Él nos une y nos libera del miedo.

Amor somos....somos luz..