martes, 19 de octubre de 2021

Un Curso sobre Milagros. Mundo Real

*¿Qué es EL MUNDO REAL?* (Parte 2)

El mundo es un símbolo, de miedo o de amor. “Ves tu mundo a través de los ojos del miedo, lo cual te trae a la mente los testigos del terror” (1:3). La voz que elegimos escuchar, dentro de nuestra mente, determina lo que vemos. Si elegimos escuchar al miedo, el mundo que vemos representa al miedo, y está lleno de “los testigos del terror”. El mundo entonces nos dice lo que nosotros le hemos dicho que nos diga.

Cuando escuchamos al miedo, vemos cosas en el mundo que justifican nuestro miedo. Vemos odio, ataque, egoísmo, ira, conflicto y asesinato. Todo esto son interpretaciones de lo que estamos viendo. En cada caso siempre hay otra interpretación posible. Podemos unir nuestra percepción a la del Espíritu Santo, y Él nos permitirá ver el mundo de manera diferente.

“El mundo real sólo lo pueden percibir los ojos que han sido bendecidos por el perdón, los cuales, consecuentemente, ven un mundo donde el terror es imposible y donde no se puede encontrar ningún testigo del miedo” (1:4). Cuando escuchamos al amor o al perdón, vemos cosas en el mundo que justifican nuestro amor. Nada de lo que vemos da testimonio del terror. Imagínate un mundo en el que “el terror es imposible”, donde nada de lo que ves te dice: “¡Ten Miedo!” Ése es el mundo real tal como lo define el Curso. Todo se ve a través de “ojos que han sido bendecidos por el perdón”. La interpretación de todo lo que vemos se vuelve completamente diferente del que estamos acostumbrados.

*La mente determina qué mundo vemos. Con la ayuda del Espíritu Santo podemos elegir lo que queremos ver, y lo veremos. El mundo al que miramos puede haber cambiado o no, pero la interpretación que hacemos de él habrá cambiado totalmente. Ya no veremos más ninguna de las formas de miedo que el ego ha inventado, en su lugar lo único que veremos será amor o petición de amor. Nada de lo que veamos exigirá condena o castigo. Todo lo que veamos pedirá únicamente amor.*

jueves, 19 de marzo de 2020

El coronavirus como espejo...

Se ha dicho que hasta tanto no seamos capaces de observar objetivamente nuestro comportamiento, nuestras actitudes, los rasgos de nuestra personalidad, nuestros errores; contaremos con espejos, a fin de tener la oportunidad de ver en ellos aquello que deberíamos ver en nosotros mismos. Cada quien deberá realizar su ejercicio, prestando mucha atención, sin hacer juicios, sólo observando. Para cada uno hay efectos distintos acerca de éste virus que compromete hoy nuestra existencia, todo depende del cómo nos afecta, y en qué grado. Entre las generalidades está el hecho de que se nos insta a estar en casa, alejados unos de otros, sin poder hacer contacto físico. Pregunto: ¿En cuántas ocasiones hemos actuado de ésta manera?, siendo mala influencia, separando a nuestros semejantes, incluso a aquellos a quienes decimos amar, a fin de que no tengan algún contacto. El virus, el coronavirus, enferma vías respiratorias, no es posible respirar bien, es doloroso respirar. ¿En cuántas oportunidades hemos infectado a nuestros semejantes con emociones negativas como el resentimiento, la ira, el orgullo, el despotismo, impidiéndoles respirar bien, causándoles dolor?. El coronavirus causa miedo. ¿Cuántas veces hemos sido causa de temor en nuestros semejantes? El coronavirus mata. ¿En cuántas oportunidades matamos a quienes queremos excluyéndolos de nuestras vidas? El coronavirus es una pandemia mundial...¿Qué ha sido el "humano" para el mundo, para la Tierra? 

Un poco de reflexión es necesaria en estos momentos, las grandes potencias tienen su gran parte en lo que sucede. Cada ser humano, individualmente, tiene su parte en lo que sucede también. Si cada uno toma acciones en cuanto a lo que le corresponde, creciendo en conciencia, a fin de ser seres humanos responsables, seguro cambiaran las cosas prontamente, porque tomaremos elecciones certeras. 

Yo hago mi parte, haz la tuya! El planeta nos agradecerá. Dios, nos agradecerá! 

viernes, 7 de junio de 2019

Evolución

Me pregunto hoy, ¿qué es eso que llamamos transformación? ¿evolución? ¿qué significa ello para mí? ¿cómo puedo yo evolucionar?.

Personalmente he sentido que situaciones en mi vida me han llevado y me llevan constantemente a plantearme ciertas preguntas: ¿debería ser la vida tal como la he vivido? ¿hay un propósito que paso por alto? ¿cómo puedo manifestar lo mejor de mí en cada situación? ¿qué es eso que llamo mejor de mí? ¿cómo valerme de los sucesos que me han marcado para crecer? ¿cómo dejar llegar a mí el Amor que proviene del Padre? ¿cómo honrarlo, adorarlo? ¿cómo ser lo que en realidad debo ser?.

Observo lo que he creado, lo que llamo "yo", y veo que en algunos momentos estoy alegre, en otros triste, a veces estoy molesta, otras tantas angustiada, algunas impotente...y es que hay tantos sucesos externos e internos que me afectan...¿me doy cuenta cómo mi energía se pierde en estos momentos? ¿a qué llamo mi energía?.

También "me doy cuenta" que hay algo en mí que aparece si estoy atenta, lo sé porque lo siento recorrer mi cabeza, bajar por mi cuello, siento esa sensación en mis brazos, en mis piernas, siento algo sutil que me cubre...¿será eso a lo que llamo energía?.

Entonces observo que también tengo un sentimiento, no sé como definirlo, solo sé que me llena, me asombra, me emociona.

Y mi mente, mi mente está serena, clara, haciendo su trabajo..

Y veo que hay en mí un nuevo mundo, en el que no me identifico con lo que sucede afuera, ni con lo que sucede adentro, no me aqueja eso que llamo importancia personal, no quiero llamarme de una manera especial, ni quiero que todos me acepten, no quiero "figurar".

Quiero respirar, vivir la experiencia, sé que cuando realmente "vivo", la Tierra vive conmigo, estoy abierto a dar, a darme, a fluir...tal vez así me comunico con el Padre, tal vez así nos entendemos Él y Yo.

Espiritual?? no sé, estoy aquí, así que quiero ser un Humano... quiero expresar humanidad...y a eso es a lo que llamo evolución, dejo de ser, por lo menos más frecuentemente, ese humano inhumano, y Soy... Humano...

miércoles, 27 de febrero de 2019

Cambiando mi percepción..

En ciertas ocasiones cuando estoy observándome, descubro cierta inclinación hacia un lado de mi personalidad, o tal vez descubro a cierto yo actuando, tomándome. Esa inclinación hacia el lado egóico, o a ese cierto yo, se vale sólo de los sentidos para mirar a mis semejantes, y muchas, pero muchas veces utiliza la vista.

Cuando eso sucede desconfiguro, o eso intento, la realidad de mi hermano, lo atrofio con mis observaciones, a raíz de esto, creo cierta rivalidad, cierta brecha.

Gracias al Universo, también hay en mí un sabio que observa, tal vez ese sea Yo, quien se percata de la situación y me insta, de algún modo, a invertir la percepción.

y en lugar de mirar a mi hermano sólo con los sentidos físicos, también lo siente, hace contacto, sabe si está preocupado, si está triste, si está alegre; en definitiva, sabe si hay en él bienestar o malestar, y muy calladamente, lo bendice.

Aún no sé mucho acerca de mí, sólo sé que estoy en este lugar, en este cuerpo, así que quiero estar atenta a mis elecciones, quiero poder elegir observarme y elegir cómo percibir. No quiero caer en la trampa de la indecisión, pues sé que cada palabra cuenta, puedo crear unión en lugar de separación. Yo puedo hacer mi contribución.

jueves, 21 de febrero de 2019

Una compañera de camino

Eran aproximadamente las seis de la tarde,  y por alguna razón que no recuerdo debía dirigirme hacia Caracas, estaba yo en las adyacencias del pueblo de Guatire, debía llegar al centro primero. Tomé un mono patín y en esa maquina comencé a realizar mi trayecto, Era incómodo para mi, la carretera no estaba en buenas condiciones, y no sé por qué motivo no conducía yo mi carro.

Ya estaba anocheciendo y me encontré con una señora  en la carretera, era morena clara, de cabellos marrones, parecida a mi físicamente;  me detuve, me dijo que me iba a acompañar pues ella también debía ir hacia Caracas. Continuamos el trayecto a pie, me dijo que a pocos metros estaba su casa, pasaríamos por allí primero. En su casa se encontraba su hijo, un moreno alto, robusto y agradable. La casa era pequeña, con mucha luz, los espacios divididos por cortinas transparentes, de colores, la brisa atravesaba su casa moviendo las cortinas, todo estaba ordenado, se respiraba tranquilidad.

Su hijo nos despidió y nos fuimos, ya estaba oscuro, en algún momento llovió y había zonas pantanosas, los carros pasaban a nuestro lado, llegamos a Guatire y allí nos despedimos, no continuamos juntas a nuestro destino, de hecho tampoco yo llegué. Tal vez aún voy en camino...



Me pregunto: ¿De qué herramientas o vehículo me valgo para hacer el viaje? ¿Quién o quienes me acompañan? ¿De quién es ese hogar claro, hermoso, limpio y apacible? ¿Cómo es el camino que estoy transitando? ¿Quién conduce mi auto cuando Yo no lo conduzco? ¿Dónde están mis hijos o mis creaciones? ¿Es el atardecer buen momento para emprender el viaje? ¿Me distrae la lluvia o el pantano? ¿Estoy haciendo el camino? ¿Es mi compañera Esa Presencia mía?

Sólo pido voluntad y fortaleza para continuar...

viernes, 14 de diciembre de 2018

Aventura y riesgo

¿Tiene que ver el confort con la cordura y el riesgo con la falta de cordura? Comprendo que no es así, aunque existen situaciones en las que definitivamente yo no participaría por considerarlas riesgosas en extremo, tal vez dementes a mi juicio; mas, ¿bajo qué parámetros podría comprenderlas?.

Creo que aventura y riesgo van de la mano, pero, ¿qué significa para mí ser aventurera?

Para mi ser aventurera es adentrarme en lo nuevo, y me pregunto ¿hay temor?, pues si, definitivamente lo hay al principio. Puede ser temor a no controlar la situación, a no saber cómo reaccionar, a no saber qué podría pasar.

Sin embargo, me centro, y aparece otra visión, otra sensación, otra emoción, otra reflexión; y es que ahora fluyo, confío, sé que todo es cómo debe ser, armónico, siento esa sintonía con lo grande y con lo pequeño, soy tan grande como un árbol y tan pequeña como una de sus hojas, soy vida que se integra a la vida, soy la experiencia que está sucediendo en el momento.

Y, ¿qué tan grande puede ser un riesgo?, ¿una aventura?. Depende de qué tanto he estado limitada. Si he vivido muy limitada, una aventura podría ser una caminata sobre las piedras de un río; si no he estado muy limitada, una aventura podría ser un salto al vacío. Eso realmente no tiene importancia, lo importante es dar el paso que me saca de la zona conocida y me lleva a lo que para mí es nuevo, quién sabe, tal vez encuentre una experiencia iluminadora, una revelación...