jueves, 21 de febrero de 2019

Una compañera de camino

Eran aproximadamente las seis de la tarde,  y por alguna razón que no recuerdo debía dirigirme hacia Caracas, estaba yo en las adyacencias del pueblo de Guatire, debía llegar al centro primero. Tomé un mono patín y en esa maquina comencé a realizar mi trayecto, Era incómodo para mi, la carretera no estaba en buenas condiciones, y no sé por qué motivo no conducía yo mi carro.

Ya estaba anocheciendo y me encontré con una señora  en la carretera, era morena clara, de cabellos marrones, parecida a mi físicamente;  me detuve, me dijo que me iba a acompañar pues ella también debía ir hacia Caracas. Continuamos el trayecto a pie, me dijo que a pocos metros estaba su casa, pasaríamos por allí primero. En su casa se encontraba su hijo, un moreno alto, robusto y agradable. La casa era pequeña, con mucha luz, los espacios divididos por cortinas transparentes, de colores, la brisa atravesaba su casa moviendo las cortinas, todo estaba ordenado, se respiraba tranquilidad.

Su hijo nos despidió y nos fuimos, ya estaba oscuro, en algún momento llovió y había zonas pantanosas, los carros pasaban a nuestro lado, llegamos a Guatire y allí nos despedimos, no continuamos juntas a nuestro destino, de hecho tampoco yo llegué. Tal vez aún voy en camino...



Me pregunto: ¿De qué herramientas o vehículo me valgo para hacer el viaje? ¿Quién o quienes me acompañan? ¿De quién es ese hogar claro, hermoso, limpio y apacible? ¿Cómo es el camino que estoy transitando? ¿Quién conduce mi auto cuando Yo no lo conduzco? ¿Dónde están mis hijos o mis creaciones? ¿Es el atardecer buen momento para emprender el viaje? ¿Me distrae la lluvia o el pantano? ¿Estoy haciendo el camino? ¿Es mi compañera Esa Presencia mía?

Sólo pido voluntad y fortaleza para continuar...

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