lunes, 13 de junio de 2016

Los colaboradores de Dios

Voy a contarles una historia que leí hace poco:

Una mañana antes que el carpintero llegara al taller,  las herramientas decidieron tener una conferencia para considerar algunos problemas que se estaban presentando en su trabajo.

La junta se refirió primero al Martillo,  tendría que renunciar porque hacia demasiado ruido en su trabajo. 

Pero - se refirió el Martillo- si tengo que salir del taller,  el hermano Tornillo también debe irse, a él hay que darle vuelta y vuelta y no llega a ninguna parte.

El hermano Tornillo dijo entonces: si así lo quieren me iré,  pero el hermano Cepillo también se irá;  si trabajo es superficial y no hace nada de profundidad.

El hermano Cepillo replicó: bueno,  también tendrá que retirarse la hermana Regla,  siempre está midiendo a los demás como si fuera la única que está en lo correcto.

La hermana Regla se quejó de la hermana Lija y dijo:  No me importa que sea mas áspera de lo que debe ser,  pero siempre está tratando de un modo poco amable a la gente.

En medio de la discusión,  entró el carpintero de Nazaret,  se puso el delantal y se acercó al banco para hacer un púlpito. Usó,  el tornillo,  la lija,  el martillo, la regla,  el cepillo; usó todas las herramientas.

Entonces se levantó el Serrucho y dijo: Hermanos,  ¡me he dado cuenta que somos colaboradores de Dios!

Entendemos nosotros que somos  colaboradores de Dios?

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