Si estamos escuchando la voz del ego, y nos estamos dejando guiar por él, será demostrado por nuestras actitudes, nuestros sentimientos y nuestro comportamiento.
Seguir al ego nos hace actuar de modo errático, no logramos comprendernos, por lo cual nuestras relaciones se llenan de un matiz de ataque y defensa; y todo aquel que quiere atacar encontrará sus justificaciones.
En el mundo del ego reina la culpa y el juicio, nada nos llena y nada nos hace felices; y aunque a veces tengamos sueños de felicidad (en los cuales tenemos todo), vivimos en la angustia de la pérdida.
Hay un mundo más allá del mundo del ego; y para llegar a ese mundo debemos en primera instancia desearlo, y en segunda instancia, trabajar para alcanzarlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario